Hoy en día, 1 de cada 3 votantes en el mundo usa tecnología para ejercer el voto; y a medida que pasa el tiempo, ese número se incrementa considerablemente.
Aunque hay gran cantidad de razones por las que los países deciden adoptar tecnología electoral, todas ellas pueden resumirse en una sola palabra: eficiencia.
Gracias a la tecnología, se vota más cómodamente, el conteo es más rápido y más exacto, la logística es más simple, resulta más fácil de monitorear, y sobre todo: la elección es más transparente.
Sin embargo, la tecnología no es suficiente. Como ha insistido en varias oportunidades el Chairman de Smartmatic, Mark Malloch-Brown, además de la tecnología, las autoridades deben implementar cambios en las sociedades para que los ciudadanos se relacionen más con el proceso de toma de decisiones y así fortalecer la democracia.
Malloch-Brown, que participará este 9 de octubre en el foro organizado por The Atlantic Council, “El futuro de la tecnología en elecciones”, señala a Estonia como un claro ejemplo de cómo la tecnología puede mejorar la administración de las elecciones y las democracias a través de políticas adecuadas.
Este evento forma parte de las acciones que realiza el The Atlantic Council para fortalecer la democracia. En días recientes organizó un evento similar que contó con la participación del presidente estonio Toomas Hendrik Ilves como invitado principal. Fue una gran oportunidad para intercambiar y aprender de su experiencia, que en conjunto con otros países como: Bélgica, Filipinas y Brasil han encontrado en la tecnología una gran herramienta para fortalecer la democracia.