En 1995, los futuristas Alvin y Heidi Toffler predijeron en su libro “La creación de una nueva civilización” que las sociedades que adoptaran más rápidamente la era de la tecnología de la información serían las más exitosas. Un ejemplo sería cómo el voto por Internet, propiciaría una democracia más directa y cercana a la ciudadanía que aquella que experimentaron los fundadores de los Estados Unidos. Sin embargo, veinte años más tarde, en los Estados Unidos este objetivo aún se ve lejano mientras que Estonia -un pequeño país de Europa oriental- lleva ya diez años de experiencia exitosa.
Estonia acaba de tener una elección nacional. Desde 2005 las mismas se llevan a cabo utilizando el voto por Internet. En esta oportunidad, el 30% del total de votos emitidos fueron electrónicos. La experiencia de Estonia demuestra que la tecnología adecuada, aplicada correctamente de hecho puede tener éxito.
El éxito del sistema de voto por Internet de Estonia se debe en gran parte a que está vinculado a un documento nacional de identidad inteligente, que se utiliza mediante lectores de tarjetas inteligentes distribuidos en todo el país. Los ciudadanos votan insertando sus tarjetas inteligentes emitidas a nivel nacional en un lector de tarjetas conectado a cualquier ordenador personal.
El sistema depende de la autenticación de dos factores, que requiere no sólo de la tarjeta inteligente del votante, sino también de un código PIN con el fin de emitir un voto digital cifrado y firmado. Este sistema ha logrado generar confianza en un método que utiliza un la Internet pública.
El voto por Internet es sólo uno de unos 500 servicios en línea que ofrece exitosamente el gobierno Estonio. Los estonios han proporcionado casi 200 millones de firmas digitales para diferentes servicios, realizando sus operaciones bancarias con este mismo sistema.
Se trata de toda una constelación de servicios gubernamentales en línea, todos activados por una infraestructura de tarjetas inteligentes confiables. Se utiliza todos los días para un sinnúmero de transacciones, dando un alto grado de familiaridad, confianza y compromiso con la seguridad.
Estonia es un verdadero ejemplo de la sociedad de la era de la información de los Toffler, un éxito que reúne tecnología, implementación, gobierno y ciudadanía. El éxito de Estonia, se debe quizás más que a la tecnología a un ingrediente clave: El vínculo de confianza entre los ciudadanos y su gobierno.
Fuente: http://nationalinterest.org/feature/estonias-democracy-better-americas-12422