Las elecciones llevadas a cabo en Pakistán a principios de este año estuvieron cargadas de un gran significado político ya que condujeron a la primera transición de mando pacífica y democrática en 65 años. De los más de 86 millones de ciudadanos registrados para sufragar, se estima que participó un 50% del electorado.
Transcurrido este histórico episodio, esta nación del oeste asiático se prepara para celebrar unos próximos comicios cargados de «historia electoral». Pakistán planea sumarse a la larga lista de países que mejoran la calidad de sus elecciones utilizando tecnología en alguna etapa del proceso. Se trata en este caso del uso de biometría para autenticar a los votantes en los centros de votación.
La autenticación biométrica de los votantes es una práctica que se encuentra en franca expansión. La razón, es la medida más eficaz para luchar contra uno de los tipos de fraude electoral más antiguos, y que sorprendentemente, continúa plagando procesos electorales alrededor del mundo, la suplantación de identidad del elector.
Además de minimizar la incidencia de este tipo de fraude, la biometría ofrece conveniencia y exactitud. A diferencia de otros sistemas de comprobación de identidad, la biometría la lleva el votante consigo en todo momento, y coloca la carga de demostrar la identidad del elector en los hombros de la comisión electoral. También, es exacta y posee un costo bajo relativo.
En África, Kenia y Gana utilizan biometría. Brasil y Venezuela la utilizan en América del Sur. Varios países, como son el caso de Colombia, Yemen, Tanzania e Irak, se encuentran en fases de pilotos y licitaciones para mejorar la transparencia de sus elecciones.
El Director de National Database and Registration Authority (NADRA), Tariq Malik, en un comunicado de prensa, convocó a una licitación. Esperemos que sucedan los pasos necesarios para que Pakistán pueda contar con un proveedor experimentado que garantice buenos resultados en tal encomiable propósito.