Históricamente, las comisiones electorales del mundo han tenido en el voto remoto una alternativa para hacer el sufragio más accesible y conveniente. Por ello, muchos países permiten a sus conciudadanos ejercer el voto postal, sea desde el territorio nacional o el extranjero.
Sin embargo, junto a los beneficios que ofrece, el voto remoto trae consigo ciertos retos que deben considerarse seriamente: ¿Cómo se puede verificar que alguien votando desde su casa es realmente la persona que dice ser? ¿Cómo saber que la persona que emitió el voto lo hizo libremente, sin ser coaccionado? ¿Cómo permitir al votante verificar que su voto es tomado en cuenta y cómo auditarlo?
La revolución digital de las últimas décadas abrió la posibilidad de lo que sería una forma moderna del voto postal, el voto por Internet. En consecuencia, y desde hace por lo menos un par de décadas, diferentes comisiones electorales han tratado de dar con la clave de un voto remoto en línea que sea seguro, confiable y verificable. No obstante, solo Estonia ha tenido éxito llevando a cabo elecciones nacionales vinculantes por esta vía. La clave del sistema estonio es que basa su funcionamiento sobre las siguientes premisas:
Voto opcional: El modelo electoral estonio se basa en un sistema de papel. Emitir un voto electrónico a distancia es opcional para todos los ciudadanos estonios. El voto en línea es sólo uno de los varios métodos para facultar a los ciudadanos y está concebido como un sustituto al voto postal.
Voto temprano: La ventana para votar en línea tiene una duración de 7 días consecutivos y termina tres días antes de la jornada electoral. Los electores también pueden acudir a cualquier centro de votación y votar en persona y con papel y lápiz durante la votación temprana.
Votación múltiple: Los votantes pueden emitir varios votos, pero sólo el último de ellos es el que cuenta. Y de haber votado en línea -una vez o muchas veces-, el ciudadano siempre tendrá el derecho a votar en persona y en papel el día de las elecciones, cancelando así todos los votos anteriores. Si el votante fue coaccionado en su casa, puede votar nuevamente en cualquier momento.
Verificable: El sistema está diseñado para que los votantes puedan verificar que su voto fue registrado correctamente, y los observadores pueden auditar el proceso en su totalidad.
Predominio del papel: Un voto emitido en un centro de votación siempre prevalecerá sobre cualquier voto electrónico. Por lo tanto, cualquier voto digital hecho bajo coerción, puede ser fácilmente invalidado con otro voto digital, o durante la jornada electoral emitiendo un voto manual.
Seguridad: Un atributo clave de la solución de Estonia es el hecho de que ofrece un equilibrio óptimo de seguridad criptográfica, técnica y procedimental impidiendo el fraude electoral toda vez que protege la privacidad y el anonimato de los votos.
En conjunto, estas medidas garantizan la implementación exitosa del voto por internet y, por ende, resguardan la legitimidad de la elección. El voto en línea estonio trabaja como sustituto al voto por correo y no sustituye al voto tradicional, más bien se apalanca en éste.
Desde el año 2005, Estonia se ha apoyado con éxito en Internet para realizar siete elecciones gubernamentales. Como evidencia del nivel de confianza pública en el sistema, en las elecciones al Parlamento Europeo ocurridas en mayo de este año el 33% de todo el electorado estonio decidió emitir su voto en línea.
Cybernetica, el laboratorio estonio de Investigación y Desarrollo que construyó el sistema de voto por Internet utilizado en ese país, y Smartmatic, crearon recientemente un Centro de Excelencia -el primero de su tipo- para estudiar y desarrollar el voto por Internet a escala global.