El chairman de Smartmatic, Lord Mark Malloch-Brown, publicó una columna de opinión en la edición británica del Huffington Post donde comentó sobre las pasadas elecciones generales en Reino Unido.

A continuación el texto:

El sistema de votación del Reino Unido le está fallando a nuestra democracia, es hora de modernizarlo 

Una elección general aparentemente pendiendo de un hilo. Un mapa político a punto de ser redibujado radicalmente. Los partidos principales desviándose de su estrategia económica principal con el futuro de Escocia -y por ende de la Unión- en juego, al igual que el lugar de Reino Unido en Europa. Ni siquiera la batalla electoral más emocionante en una generación sirvió de mucho para cambiar la participación electoral consistentemente baja en Reino Unido, que sólo llegó a dos tercios de la población votante. Comparen esto con 1992, la última vez que los conservadores ganaron una mayoría, y cuando 80% de la gente depositó su voto.

Voto electrónico

La participación electoral importa. Las democracias ofrecen mejores resultados si se emplea la sabiduría de todos. La autoridad moral de nuestro Parlamento, hoy bajo mayor escrutinio que nunca a raíz de los resultados en Escocia, depende de la participación ciudadana en el proceso democrático.

Mientras el nuevo Gobierno trabaja en su primer discurso para la ceremonia de apertura del Parlamento, este necesitará ocuparse de un grupo de asuntos constitucionales fundamentales. Entre ellos, debería estar la pregunta de cómo podemos incrementar la participación electoral y mejorar la integridad de nuestro sistema de votación. Es hora de preguntarnos si el sistema de centros electorales, urnas, votos postales y por apoderado del Reino Unido puede cumplir con su propósito.

Esta elección generó una serie de preguntas importantes sobre cómo vota la gente en el Reino Unido. Y las razones por las cuales deciden no hacerlo.

Las causas de esta apatía son diversas. Para el día de la elección, mi compañía, Smartmatic, autorizó una encuesta con ComRes para comprender mejor por qué la gente decide no votar y de qué forma -si es que hay alguna- se les puede alentar para que lo hagan en el futuro. Los resultados fueron claros: más de un tercio de los encuestados que no participaron (36%) no creía que había alguien por quien realmente quisieran votar. Un número similar dijo no estar interesados en la política (31%), mientras que un grupo pequeño pero todavía significativo opinó que los partidos políticos no ofrecen nada de su agrado (21%). Es claro que la cultura y la comunicación política necesitan cambiar para conectar con los votantes.

Sin embargo, la tecnología también puede tener un papel vital en incrementar la participación. La encuesta también mostró que facilitarle a la gente expresar su opinión democrática estimularía a nuevos votantes: 65% de la gente dijo que poder votar en un sitio más conveniente -como en el supermercado o la oficina- sería bueno para la democracia. Cuatro de cada diez personas que no votaron la semana pasada dijeron específicamente que la posibilidad de votar en línea hubiera hecho más probable su participación.

La información también muestra que la población de mayor edad que no vota está más inclinada a decir que nada los motivará a hacerlo en el futuro. Si fallamos en inspirar a los jóvenes para que voten, esquivar la urna electoral se convertirá en un hábito que probablemente nunca dejen. La tecnología tiene un papel crucial en esto: menos de la mitad de la población encuestada con edades entre 18 y 24 años dijo que se sentía segura sobre el uso de aspectos del sistema de votación actual, tales como el registro electoral y encontrar su centro de votación local. Necesitamos solventar esta brecha, ayudando a los jóvenes a sentir más confianza sobre cómo participar en el proceso de votación. Para ellos, el voto electrónico no es una idea extraña, sino una que emula su realidad, esa en la que buscan pareja y compran en línea.

Voto en línea

Estos resultados demuestran claramente que si los partidos políticos quieren que la gente se involucre en las elecciones, necesitan modernizar la forma en la que la democracia se manifiesta en el Reino Unido. Cuando más y más personas realizan sus transacciones bancarias en línea, o incluso reservan sus vuelos usando una aplicación, es hora de considerar seriamente por qué las únicas opciones para votar siguen siendo en papel.

La competencia estructural del sistema actual de votación fue cuestionada repetidamente la semana pasada. A pesar de que el porcentaje de participación casi no varió y con una población mayor, el sistema parece tener dificultades para satisfacer la demanda. Mucho se ha hablado de problemas específicos con ciertos conteos, con historias de candidatos excluidos de las papeletas, de votantes supuestamente coaccionados y de resultados que necesitaron ser contados hasta tres veces para confirmar su exactitud. Incluso el tiempo que toma anunciar resultados ha aumentado: en 2001, el conteo local promedio era anunciado en mucho menos de tres horas; la semana pasada fueron necesarias más de cinco.

Estos problemas con el sistema son preocupantes por sí solos, pero cuando se considera que más del 20% de los votos este año fueron votos postales, y que decenas de miles de los mismos no fueron recibidos a tiempo, dichos problemas se vuelven incluso más delicados. Los ciudadanos expatriados y los más jóvenes que viven lejos del sitio natal donde se registraron, al parecer no fueron tomados en cuenta, y en números muy elevados.

Muchos miembros del Parlamento dependen de cientos -no miles- de votos para asegurar sus mayorías. Un número cada vez menor de votos tiene cada vez un mayor impacto. En un sentido muy literal, ahora más que nunca, cada voto cuenta. La elección general ya concluyó, pero antes de 2020 tenemos procesos electorales en Escocia, Londres, e incluso una sobre nuestro lugar en Europa.

Países tan diversos como los Estados Unidos, Estonia y Bélgica, al igual que grandes partes de Asia y América Latina, están modernizando sus sistemas de votación para asegurarse que participar en un sistema de votación justo, seguro y robusto sea lo más fácil posible para el mayor número posible.

El Reino Unido necesita escapar de un conformismo muy británico.

No podemos creer que porque ciertas cosas funcionaban en una nación más estable y homogénea, donde los métodos de votación podían contar con un alto grado de confianza social y con que la gente viviera en sus mismas comunidades (o incluso hogares) por toda su vida, todavía funcionan hoy. Somos un país mucho más móvil, diverso y tecnológico, así que tengamos un sistema de votación que reconozca este hecho.

Fuente original: http://www.huffingtonpost.co.uk/mark-mallochbrown/electoral-reform-voting-election_b_7292216.html

Malloch-Brown: Es hora de modernizar el sistema electoral de Reino Unido
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